Coincidiendo con la Marcha Negra que se dirige a Madrid desde diferentes puntos de España, y que llegará el día 11 de julio, podemos enviar microrrelatos con el tema de la dureza de la vida de este colectivo a la dirección : microrrelatosnegrocarbon@gmail.com. junto con la dirección de nuestro blog.
Sólo una mañana
Le observaba cada día
antes de su despedida. En su zurrón portaba un bocadillo y los
zapatos más viejos, junto a una camiseta limpia. Cuando me besaba
percibía el aroma de su colonia preferida, y la tersura de su rostro
recién afeitado. Mamá siempre le repetía que tuviera mucho
cuidado, y le besaba como se besa en los finales de película. Mis
amigos y yo, podíamos escaparnos de la escuela sin miedo a que
nuestros padres nos encontraran. Ellos siempre estaban a la escucha,
bajo tierra.
Cuando regresaba, me daba
una palmadita en el hombro y yo miraba sus uñas muy negras,
y esas cejas pobladas que escondían virutas de carbón, haciéndose
más espesas. Nuestros padres quieren que estudiemos para no vivir
una vida sepultada en el olvido de unas tierras muy negras. Los más
mayores les acompañamos ayer en una marcha por recuperar las
sonrisas que nuestras madres todos los días del año les dedicaban.
Sé que son unos valientes. A mí me costó pensar con claridad el
único día que le acompañé a la mina. Sólo con esa mañana, me
bastó para saber lo que él sufría.